Puede ser una muestra de que la sana convivencia llego al límite.
En primer lugar, ambos esposos están desesperados por las diferentes circunstancias de la convivencia, del carácter, de las peleas, de las discusiones y ofensas.
Oh simple y sencillamente de ignorarse, de irse a dormir enojados, distanciados, y tristes, y no han logrado estabilizar su matrimonio.
Por otro lado, Las ofensas, las faltas de respeto, la falta de atención, los gritos, insultos, y desaires entre la pareja, permiten que se acabe el cariño, el amor, y la comprensión entre la pareja.
Ahora bien, si esto se presenta, no se falten al respeto, no se insulten, no se hieran, y mucho menos se lastimen, la mejor opción es llegar a un divorcio por mutuo acuerdo.
Finalmente, ponerse de acuerdo entre los dos, en las diferentes condiciones del divorcio, en como dividir los bienes si existen, y la custodia de los hijos si los tienen, permiten resolver de la mejor forma, las controversias en el matrimonio.
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